TU VARA Y TU CAYADO
Me infundirán aliento
Salmo 23:4 “Aunque ande en valle de sombra de muerte,No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.”
En esta oportunidad quiero abordar el tema de la corrección y el auxilio divino.
Espero que usted comprenda que Dios, nuestro Pastor por excelencia, corrige a quien ama y de la misma manera nos regresa al redil.
El salmo 23, es quizás el salmo más conocido por el mundo cristiano, el más memorizado, el más recitado, Es uno de los pasajes bíblicos al cual se le ha atribuido poder milagroso, incluso ha sido aplicado erróneamente como un amuleto de buena suerte, este es un pasaje lleno de gran contenido de fe, confianza y sumisión a Dios.
El verso 3 tiene dos aspectos:
1. La situación.
2. La confianza.
3. La dependencia.
1. LA SITUACIÓN. “Aunque ande en valle de sombra de muerte” El rey David venia de enfrentar serios conflictos familiares, tales como la violación de su hija, Uno de sus hijos asesina a su hermano, Absalón, le arrebata el trono, el escarnio del pueblo, y todos los problemas que le conllevaba ser el Rey. David al parecer solo estaba enfrentando muerte a su alrededor, la sombra de la muerte no le abandonaba.
2. LA CONFIANZA. “No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” No era que David no atravesará el valle de sombra de muerte, su oración, su confianza, no radicaba en no atravesar por algún momento difícil. David, afirmaba que a pesar de estar en el valle de la sombra de muerte, NO tendría temor, el confiaba que el Señor le guardaría mientras atravesaba el valle de la sombra de la muerte.
3. LA DEPENDENCIA. “Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” David, en su juventud había sido Pastor de ovejas, el, mejor que nadie sabía que es el cuidar y defender ovejas, incluso, arriesgando su propia vida, él y los pastores de la época usaban como herramienta de cuidado la vara y el cayado, este era un trozo de madera con un arco en una de sus extremidades, y el resto era liso, posiblemente era tan largo como la misma altura del pastor
a. Tú vara. La parte liza, prestaba dos servicios.
i. UNO Era usado como instrumento de defensa, contra lobos, osos, ladrones y todos los depredadores que rondaban en medio del desierto.
ii. DOS Era usado como instrumento de corrección para aquellas ovejas necias, les iba pegando para que no se salieran del camino, inclusos se sabe que cunado una oveja había cogido la costumbre de descarriarse de la manada, el pastor con la vara le rompía una pata, de esta manera la obligaba a permanecer en el rebaño y así aprendería que este era su lugar.
b. Tu cayado. La parte curva, este gancho servía para sujetar por el cuello a las ovejas y traerlas al pastor, incluso había ovejas que se iban a los peñascos, y los brazos del pastor no la alcanzaban, él debía tomar de una punta el cayado, enganchar la oveja por el cuello y volverla a él.
La frase de oro de este versículo es “Me infundirán aliento” David, ahora es una oveja y el Señor es su Pastor, así, lo manifiesta en todo el salmo 23 y expresa su dependencia en Dios diciendo que la vara de la corrección y el cayado, le infunden aliento.(vida)
APLICACIÓN.
1. NUESTRA SITUACIÓN. Sin duda alguna que en algunos momentos de la vida vamos a pasar por el valle de la sombra de la muerte, donde todo parece no tener un final feliz, donde todo es sombra, oscuridad, penumbra.
2. TEN CONFIANZA. Como David, aférrate del Señor y di “No temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo” Pueda ser que en la voluntad permisiva de Dios vengan “males” a tu vida, pero recuerda las palabras de David “tu estarás conmigo”
3. TU DEPENDENCIA. Debes estar seguro que tu pastor, El Señor, hará en tu vida dos cosas sin falta.
a. Aplicara sobre ti la vara de la corrección. El usará todo en tu entorno para corregirte,
b. Te volverá al rebaño. Te volverá a traer con cuerdas de amor y misericordia. Oseas 11:1-4 “«Desde que Israel era niño, yo lo amé; de Egipto llamé a mi hijo. 2 Pero cuanto más lo llamaba, más se alejaba de mí. Ofrecía sacrificios a sus falsos dioses y quemaba incienso a las imágenes.
3 Yo fui quien enseñó a caminar a Efraín; yo fui quien lo tomó de la mano. pero él no quiso reconocer que era yo quien lo sanaba. 4 Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor. le quité de la cerviz el yugo,
y con ternura me acerqué para alimentarlo.
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