Servir a Dios, es un llamado adquirido al momento de recibir la salvación, con el paso del tiempo servimos a Dios más por amor a él que por ser un llamado. Analicemos juntos esta característica del llamado.
Leo en Proverbios 3:9 “Honra a Jehová con tus bienes,
Y con las primicias de todos tus frutos" Y en 2 Corintios 9:7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."
El servicio a Dios es una decisión, esta decisión tiene algunas características especiales, pretendo que usted al leer este articulo comprenda que el servicio que damos a Dios debe ser una disposición de corazón y no las sobras de nuestro tiempo.
Miremos algunas decisiones que debemos tomar en cuanto a la actitud frente al servicio.
1. HONRAR CON LA VIDA. El primer bien, la primer posición, que hemos recibido, no adquirido, es la vida; la existencia nos fue entregada, no nos pertenece, Dios, nos entregó la vida para que le honremos a él (Mostrar respeto y consideración hacia una persona) Honrar a Dios mediante el servicio ha de ser una disposición del corazón, una decisión de corazón.
Etimología: El principal término hebreo que significa “honra” es ka·vóhdh, cuyo significado literal es “peso”. (Compárese con el uso de términos relacionados en 1 Samuel 4:18 y 2 Samuel 14:26.) De modo que a la persona a la que se honra se la considera de peso, de valía, (aprecio, merito, estimación) En griego, el nombre ti·mḗ transmite la idea de “honra”, “estima”, “valor”, “preciosidad”. El verbo ti·má·ō también puede significar “poner precio” (Mt 27:9); el nombre ti·mḗ puede tener el sentido de “precio”, “valor” (Mt 27:6; Hch 4:34), y el adjetivo tí·mi·os puede significar “estimado”, “querido, o preciado” y “precioso”. (Hch 5:34; 20:24; 1Co 3:12.)
HEMOS SIDO CREADOS PARA GLORIA Y ALABANZA DE DIOS En Efesios 1:3-14 leemos: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria" Según el relato del apóstol Pablo, tenemos un objetivo específico al ser creados por Dios, y no es otro que vivir para alabanza de su gloria, ahora bien, vivimos para alabanza de su gloria cuando caminamos según su perfecta voluntad, servirle, hace parte de su voluntad, cuando le servimos, le estamos honrando, viviendo para su alabanza.
2. HONRA CON LAS PRIMICIA DE TUS FRUTOS. Etimología. Principios o primeros frutos que produce cualquier cosa. La palabra hebrea reʼ·schíth (de una raíz que significa “cabeza”) se utiliza con el sentido de primera parte, punto de partida o “principio” (Dt 11:12; Gé 1:1; 10:10), lo “mejor” (Éx 23:19, nota), y “primicias” (Le 2:12). La palabra hebrea bik·ku·rím se traduce “primeros frutos maduros”, y se utiliza sobre todo con relación al grano y al fruto. (Na 3:12.) El término griego para primicias es a·par·kjḗ, y se deriva de una raíz cuyo significado básico es “primacía”.
Primicias hace alusión a lo primero, lo mejor, Podemos honrar a Dios ahora que somos productivos, que tenemos la fuerza, la vitalidad. No espere a que sea demasiado tarde, cuando no tenga ya alientos para servir a Dios. Eclesiastés 12:1 “Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, (productividad) antes que vengan los días malos, y se acerquen los años en que digas: No tengo en ellos placer”
3. SERVIR CON PROPÓSITO. 2 Corintios 9:7 El servicio no es otra cosa que darle a Dios el primer bien, no es otra cosa que nuestra vida, ¿Lo recuerda? Y este dar debe ser con propósito, Pablo dijo: “Cada uno dé como propuso en su corazón”
a. “Cada uno” El servicio a Dios es personal, yo doy mi vida a Dios, Yo doy mi servicio a Dios, no puedo esperar ni pretender que otro sirva por mí.
b. “Dé cómo propuso”. Para servir al Señor hay que proponérselo, debe ser un propósito en la vida, para servir a Dios separo, escojo el tiempo para hacerlo; de mis múltiples ocupaciones organizadamente propongo en mi corazón apartar tiempo para servirle, saco el tiempo y no espero a ver qué tiempo me queda para dárselo a Dios. Cuando separo mi tiempo me asemejo al estilo de la ofrenda de la vida del templo de Lucas 21:1-4, Cuando espero a ver qué tiempo me queda para servir, me asemejo a la ofrenda de los ricos del templo, dieron de lo que les sobraba.
¿Puedes hoy darle en ofrenda de servicio a Dios tu primer bien?
¿El servicio que estás prestando es un propósito en tu vida o es una ocasión del tiempo?
¿Tu servicio puede ser como el de la viuda o como el de los ricos del pasaje de Lucas 21?
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