Un llamado inigualable
En Isaías
6:8 leemos “Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por
nosotros? Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí"
Todo creyente está
llamado a servir, y este servicio se practica en Dios, es decir para Él, por Él y en las fuerzas de Él; deseo que comprenda que todos tenemos la capacidad en Dios para servirle, y hacer
que su obra sea fortalecida. antes de continuar me gustaría que observara el siguiente vídeo.
El contexto del pasaje relata que el profeta Isaías tiene una visión
donde el Señor se hace una pregunta “¿A quién enviaré, y quién irá por
nosotros?” El Señor, estaba buscando una persona que voluntariamente se
ofreciera a llevar un mensaje que
necesitaba dar al pueblo. El profeta Isaías se ofrece a sí mismo como siervo o mensajero. “Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí”
En esta ocasión
tocaré el tema del llamado al servicio; El hombre tiene cinco llamados en su
vida.el primero de ellos el EL LLAMADO A LA VIDA. Este llamado es aquel que tiene que ver con el nacimiento maternal. el Segundo es el EL LLAMADO A LA SALVACIÓN. Este llamado hace relación al momento del encuentro con Cristo y el nuevo nacimiento.
El tercer llamado es EL LLAMADO A LA SANTIDAD, Este llamado es cuando la persona deja de ser gobernada por el pecado. El cuarto llamado es EL LLAMADO AL SERVICIO. es aquel cuando el hijo de Dios se decide a ser un cristiano útil en la obra de Dios. y el quino llamado es EL LLAMADO A LA ETERNIDAD. Es cuando los días en la tierra ha terminado y la persona es llamada a la presencia de Dios.
Isaias nos deja un fabuloso ejemplo con su servicio. El servicio de Isaias tiene tres características especiales: Isaias, entendió el llamado que se le hizo, además de entenderlo, lo atendió y tomó una decisión, estuvo dispuesto y disponible. Su excelente actitud la podemos encontrar plasmada en el verso 8 cuando expresa "Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mi" Además del llamado de Isaias, Jesús nos presenta un excelente ejemplo; de su actitud servicial podemos extraer interesantes tips, los cuales pueden ser aplicados den nuestra vida de servicio.
Filipenses 2:2 “Completad mi gozo, sintiendo lo
mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.” El servicio
a Dios tiene tres objetivos generales:
Completar el gozo: El Señor se agrada que le sirvamos
Sintiendo lo mismo: Habla de estar de acuerdo, ir todos por el
mismo camino “sintiendo una misma cosa” Esa misma "cosa" ha de ser pensar en el
beneficio de la obra de Dios.
“Teniendo el mismo amor” El amor es el motor que mueve toda
actitud y toda actividad, Esto habla de
amar todos la misma causa, nuestra causa es la causa de Cristo, por lo tanto
debemos amar la causa de Cristo, que es la iglesia.
Filipenses
2:3-4 “Nada hagáis por contienda o por
vanagloria;
antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él
mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino
cada cual también por lo de los otros”. El servicio a Dios NO ha de ser para peleas,
disgustos, sin egoísmo, y nos presenta la formula correcta de la actitud al
momento de servir “
Humildad,
Respeto, y Compañerismo.
Filipenses
2:5 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” Lo que
Jesús desea en cada uno de nosotros es que al momento de servir, tengamos su
mismo pensamiento, sus mismos objetivos. AHORA,
¿CUÁL ES EL SENTIR DE CRISTO?
Filipenses 2:6-8
“el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser
igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” Estos
versos contiene los tips más importantes para tener en cuenta a la hora de
servir a Dios.
TIP 1 No aferrarse
a su posición social, económica, educativa, etc. entender que en el servicio a
Dios todos somos iguales.
TIP 2 Dejar su posición personal a un
lado, y hacerse un siervo.
TIP 3 Vencer
las barreras personales. Vencer los propios obstáculos, perjuicios.
Concluyamos con la Historia del tren: Cuenta la historia que el tren de pasajeros comenzó a
presentar fallas en medio del trayecto, llegó el punto que no dio más, y quedó varado
a la mitad del camino. De inmediato la inmensa mayoría de pasajeros presentaron
sus quejas y reclamos. Un grupo de pasajeros comenzó a pelear, a reclamar
justicia y solución porque sus compromisos personales se verían afectados; Otro
grupo de personas se quedaron absolutamente inmóviles, no manifestaron absolutamente
nada, solo observaban lo que ocurría a su alrededor; el tercer grupo de pasajeros,
no discutieron, mucho menos se quedaron impávidos, sino que tomaron la decisión
de hacer algo para resolver el problema y así todos salir beneficiados. En la
obra de Dios pueden existir este tipo de pasajeros: Los que Reclaman, los que
se quedan impávidos y los que se atreven a ser parte de la solución.
¿Cuál pasajero
es usted?
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