¡Cuando Salir de una congregación! A lo largo de mis años como miembro de iglesia y ahora como ministro, he observado con preocupación cómo muchos creyentes cambian de congregación con la misma ligereza con la que se elige un supermercado. En algunos casos, ¡parece incluso más fácil cambiar de iglesia que de marca de arroz! Las razones que suelen esgrimirse para justificar estos cambios rara vez están fundamentadas en la Escritura o en una búsqueda sincera de la voluntad de Dios. Más bien, responden a impulsos emocionales, preferencias personales o expectativas no satisfechas. He escuchado frases como: • “Pastor, me voy porque aquí no hay crecimiento.” • “Pastor, me marcho porque no hay espacio para servir.” • “Pastor, me voy porque usted no me atiende.” • “Pastor, me voy porque no veo milagros.” • “Pastor, me voy porque hay mucha hipocresía.” • “Pastor, me voy porque no reconocen mi ministerio.” • “Pastor, me voy porque el grupo de alabanza es arrogante.” • “Pasto...
De niño conocí la historia de Jonás, el hombre que, por milagro divino, permaneció tres días en el vientre de un gran pez. Aunque ese episodio suele ser el más recordado, no todos perciben la enseñanza espiritual que lo sostiene. Dios elige a Jonás para llevar a cabo una tarea puntual: “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí” Jonás 1:1 El profeta Nahúm llamó a Nínive “ciudad de derramamiento de sangre” (Nahúm 3:1), denunciando su crueldad y violencia desmedida. Como capital del Imperio Asirio, Nínive fue el epicentro político y militar de una potencia conocida por su brutalidad y expansión implacable. En el año 722 a.C., bajo el mando de Salmanasar V y luego Sargón II, los asirios conquistaron Samaria, capital del Reino del Norte, marcando el fin de ese reino israelita y provocando la deportación masiva de sus habitantes. Las tácticas de guerra asirias eran despiadadas: torturas, humillaciones públicas y despl...